Liderar un equipo no es un trabajo sencillo. No basta con ser buenas en lo que hacemos para saber si estamos realmente capacitadas para liderar. Sin embargo, el esfuerzo que hoy hacemos por hacer bien nuestro trabajo se reflejará en el compromiso que tendremos si llegamos a dirigir un equipo a futuro.
Existen ciertas habilidades que debemos desarrollar antes de asumir un rol de liderazgo. Saber cómo trabajar con opiniones diversas, inspirar a los demás a ser productivos y sobrellevar situaciones difíciles e inesperadas es parte de lo que un líder debe manejar.
Cuando eres capaz de estar abierta a todo tipo de puntos de vista y sabes usarlo para potenciar y perfeccionar las ideas o proyectos que tú y tu equipo tienen, es un buen indicio acerca de tu habilidad para sacar provecho de las opiniones y críticas que pueden existir dentro y fuera del equipo. Éstas podrán convertirse en nuevas oportunidades de crecimiento.
Si eres una persona que le gusta escuchar, que se interesa por otros y que mantienen una actitud abierta y positiva frente a los demás es porque posees esta cualidad. Es muy importante ser generador de puentes y no de barreras. Que puedan verte como una persona que está disponible para ayudar a otros cuando sea necesario.
Esta es una habilidad fundamental en un líder. De hecho es determinante, pues es precisamente en los momentos de dificultad cuando realmente sabemos quién es un buen líder y quién no lo es. Sobre todo porque se requiere de fortaleza mental e inteligencia emocional, dos cosas que nos permiten manejarnos en todo tipo de escenarios, unos más favorables que otros. Frente a los más negativos, el líder es capaz de no perder la objetividad y automotivarse para transmitir este mismo entusiasmo a otros.
Mantener una actitud de compromiso es parte de lo que un líder debe poseer para gestionar a su equipo. Un fuerte sentido de responsabilidad generará que los demás también incorporen el hábito de cumplir a pesar de sus múltiples obligaciones o circunstancias personales. Esto se da porque el líder está comprometido, si no fuera así el equipo no mostraría interés.
Estas son algunas señales que te indicarán si efectivamente estás lista para asumir un cargo de liderazgo. Si aún no te sientes preparada, pero tienes la motivación de serlo puedes fortalecer estas habilidades que te ayudarán a cumplir tu objetivo de ser una gran líder.
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