Está claro que ya no vivimos en una sociedad en la que pasamos toda nuestra vida profesional en la misma empresa, y está muy bien que sea así.
Seamos honestos: nadie está contento con su trabajo los 365 días del año. Si esa es tu meta, te deseamos toda la suerte del mundo en la búsqueda del empleo perfecto. Sin embargo, deberías poder encontrar cierta satisfacción en tu trabajo de manera regular.
No podemos olvidar que dedicamos gran parte de nuestra vida al trabajo: aproximadamente el 35% de las horas que estamos despiertos. ¿No deberías hacer algo que realmente disfrutes durante esas horas?
A continuación, te presentamos 9 señales que indican que llegó la hora de buscar un nuevo empleo.
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Si este es el caso, no entres en pánico. Determina si aún estás desarrollando tus habilidades, si te sientes motivado o si recibes el suficiente beneficio económico. Una cosa es sentirse cómodo en el trabajo y otra muy diferente es dormirse en los laureles.
Empresas importantes como Netflix creen que cambiar de trabajo es positivo. La exdirectora de talento de Netflix Patty McCord afirmó que “mejoras tus habilidades más rápido cuando cambias de trabajo debido a la curva de aprendizaje”.
Según la escritora y empresaria Penelope Trunk, la curva de aprendizaje se estanca luego de tres años. Trunk cree que los trabajadores que cambian de empleo aprenden a gran velocidad, causan una mejor primera impresión y mejoran los resultados finales más rápido porque saben que en algunos años ya no seguirán trabajando en ese lugar.
Por más que busques un nuevo empleo cada 5 años, es importante evaluar frecuentemente si alcanzaste tu máximo potencial de desarrollo en tu puesto actual.
Comenzar un nuevo empleo siempre conlleva desafíos particulares. Tal vez no tienes la relación que esperabas con tu jefe, o quizás las tareas diarias vinculadas a tu puesto difieren mucho de las mencionadas durante el proceso de entrevistas.
Antes de renunciar a un empleo al que te acabas de incorporar, plantéate estas tres preguntas:
Intenta hablar con tu jefe para que tus responsabilidades laborales estén más alineadas a tus expectativas. También podrías invitarlo a tomar un café para que puedas conocerlo a nivel personal.
Antes de renunciar o comenzar a buscar un nuevo empleo, decide cómo responderías la pregunta anterior. Decir algo como “No disfrutaba mi trabajo” o “No me llevaba bien con mi jefe” podría causar un impacto negativo en un representante de recursos humanos.
¿Estás seguro de que la situación no mejorará? ¿Existe la posibilidad de que permanezcas en la empresa hasta cumplir un año de antigüedad y así evitar posibles áreas problemáticas en tu currículum? Pregúntate si vale la pena correr el riesgo de renunciar tras pasar tan poco tiempo en una empresa con tal de alejarte lo antes posible de un ambiente laboral negativo.
Un estudio determinó que casi un 75% del “efecto del fin de semana” (el aumento de felicidad durante esos días) se debe a la calidad del entorno laboral.
Según esta investigación, el nivel de felicidad en el trabajo es correlativo de manera directa a dos factores: percibir a tu jefe como colaborador y trabajar en un ambiente que fomenta la confianza y el respaldo. Si ambas percepciones son positivas, tu estado de ánimo del miércoles será similar al que tienes los fines de semana.
También puedes consultar esto con amigos y familiares. Pregúntales si notan que hablas de tu trabajo con tono negativo o si sueles llegar a casa con un nivel elevado de frustración. Todos tenemos días, o incluso meses, negativos, pero si lo más frecuente es que termines el día de mal humor, es hora de tomar las riendas de tu vida y cambiar de actitud o de empleo.
Más allá de pensar en tu trabajo como algo particular, deberías enfocarte en tu carrera como profesional y revisar lo que las empresas de la industria buscan en profesionales como tú.
Si no aprendes de tus compañeros ni resuelves nuevos problemas en tu trabajo, tal vez haya llegado el momento de buscar uno nuevo.
El mercado laboral actual es muy cambiante y competitivo, por lo que es fundamental que desarrolles tus habilidades de manera continua para lograr avances en tu trayectoria profesional. Si hace varios años que solo te dedicas a solucionar los mismos problemas, es probable que ya no puedas seguir creciendo en ese puesto.
Cuéntale a tu jefe cómo te sientes y pregúntale si existe la posibilidad de asumir nuevas responsabilidades en tu equipo. Quizá podrías tener más empleados a cargo u ocuparte de esa iniciativa postergada que tu equipo planea implementar hace años. Si la respuesta es negativa o poco clara, lo más probable es que sea hora de renunciar.
Es importante tener en cuenta el crecimiento económico potencial que tienes en tu empresa actual. Tal vez no recibas un aumento del 20% por cada año que permanezcas en tu trabajo, pero si no obtienes un aumento similar en el transcurso de 3 o 4 años, quizá sea momento de hablar con tu jefe o buscar un empleo mejor.
Solicitar un aumento puede ser una situación incómoda, así que asegúrate de buscar toda la información que necesitas de antemano para sentirte seguro y justificar tu pedido. Investiga los salarios promedio de tu campo en sitios como Glassdoor, PayScale o Salary.com, y adapta las cifras en función de la inflación y el costo de vida en tu ciudad.
Esto es algo que puede suceder. Quizá tu empresa fue adquirida por otra o simplemente no compartes la visión de tu jefe. Más allá de lo que provocó el cambio, es importante que puedas adaptarte al nuevo rumbo de la empresa. Si no lo haces, podrías perder la confianza en tu jefe y el negocio, lo que hará que te cueste mucho más alcanzar un buen rendimiento.
Si la estrategia de tu nuevo mánager incluye comprar listas de correos electrónicos y enviarles una infinidad de mensajes de spam, quizá deberías replantearte tu futuro laboral. Habla con tu jefe y dile que te cuesta comprender el motivo del nuevo rumbo corporativo.
¿La empresa sigue monitorizando las oportunidades de venta con métodos muy antiguos? ¿Tu jefe no está dispuesto a implementar las estrategias de marketing novedosas que sugieres? Sabemos que es difícil, pero tal vez sea hora de buscar nuevos horizontes.
Si la empresa no se adapta a los cambios de la industria ni la lidera, probablemente afectará tu desarrollo o reputación profesional. Si trabajas con un equipo que se niega a evolucionar, podrías mantenerte desactualizado de las tendencias de la industria que tus pares (futuros competidores) ya están logrando dominar.
Nos referimos a eso que haces en tu tiempo libre y que tanto disfrutas. Tal vez eres docente de clases nocturnas en una universidad gratuita, ofreces asesoría a jóvenes emprendedores o fabricas jabón con corteza de árboles en tu jardín.
Cualquier actividad adicional que tengas puede ser una excelente manera de desarrollarte profesional y personalmente. Sin embargo, ¿qué pasa cuando no puedes hacer otra cosa más que pensar en tu profesión secundaria? ¿Qué pasa cuando tu trabajo normal ya no es suficiente para ti?
En este momento debes ser sincero contigo mismo. Habla con familiares y amigos, e intenta descubrir el motivo real de por qué piensas en esa otra profesión con tanta frecuencia. Ya sea que se trate de una etapa pasajera, aburrimiento o la necesidad real de hacer un cambio, es importante que cuentes con la motivación necesaria para disfrutar al máximo tu jornada laboral.
¿La campaña de marketing para el Black Friday te causó una úlcera? ¿Tienes la presión arterial por las nubes? Si el estrés de tu empleo se está manifestando en tu salud, definitivamente es momento de reevaluar si el trabajo o incluso la industria del marketing son adecuados para ti.
No corras el riesgo de afectar tu salud por ningún empleo. Comienza hablando con tu jefe sobre la causa del estrés. Solicita aliviar tu carga laboral, tomarte vacaciones o pasar a un puesto menos agotador. Si ninguna de esas opciones es viable, tal vez sea hora de buscar un trabajo menos demandante. Reconoce las necesidades de tu cuerpo. Acéptalas, y jamás te avergüences por ellas.
Renunciar a un empleo no es sencillo. Asegúrate de tomar la decisión correcta. No te dejes llevar por un impulso y sé honesto contigo mismo respecto al verdadero motivo por el que deseas renunciar. Cuando sea posible, elige trabajar en un lugar donde sientas que tienes la confianza, el respaldo y la motivación que necesitas. Si lo haces, jamás te arrepentirás de haber aceptado ese empleo.
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